El valor de nuestra palabra

Este escrito trata del compromiso con nosotros mismos y con nuestra palabra.

El comprometernos con nuestros objetivos y con nosotros mismos nos ayuda a plantearnos nuevos retos personales y profesionales que nos obligan a salir de nuestra zona de confort. Estos han de ser suficientemente retadores para sobrellevar los altibajos que surgirán durante el transcurso del peregrinaje para acercarnos a un nuevo horizonte.

Este compromiso nos va acercar a un nuevo contexto personal, una oportunidad para desarrollar una nueva actividad, y además a un nuevo camino con más oportunidades de vida. Esto debería ser suficientemente enriquecedor para lanzarnos a este proyecto, o para tomar consciencia de que debemos hacerlo ya y fijar una fecha de comienzo.

Cuántos de nosotros o cuántas personas de nuestro entorno están en empresas u organizaciones donde se sienten insatisfechas con el trabajo que desarrollan. Este es una mal recurrente que se intensifica cada día, pero aun con este malestar, se aferran a no buscar alternativas, ya que son presos del miedo al cambio, o a no poder medir que sucederá si no se comprometen con ellos mismos.

En muchas ocasiones son sueños postergados que nos acompañan desde muy pequeños y que por falta de ganas o de valor se han quedado ahí. El poner en valor un sueño o la palabra, el visualizarnos como si ya hubiésemos hecho realidad el sueño, para luego volver a nuestra realidad, puede ser un anclaje para empezar a andar en el camino. Muchas veces trabajamos para los sueños de otros sin ser conscientes de ello, dejando de trabajar en los nuestros. Esto nos lleva a conformarnos a sobrevivir dentro de una rueda que únicamente facilita la subsistencia social, y que al mismo tiempo nos aleja de nuestro sueño, que podría convertirse en nuestro sustento de vida.

Si hasta ahora no he podido transmitir la importancia que tiene el compromiso y el resultado que este puede dar, Google nos puede inspirar y mostrar infinidad de sueños de personas que hicieron todo lo posible por ser fieles con ellos y con su palabra, para poder salir de donde se encontraban. Tomemos consciencia de que únicamente depende de nosotros el ponernos pequeñas metas, y el materializarlas. Nos acercaremos así al objetivo por largo que parezca.

Para concluir, comentar que cuando un sueño ya lo hemos materializado en nuestra mente, sólo únicamente falta ponerse a ello.