Se está contratando por ‘aptitudes’ y se está despidiendo por falta de ‘actitudes’
«La actitud es esa pequeña
cosa que marca la gran diferencia”by Winston Churchill
Este post me traslada a una parte de mi infancia que recuerdo de una forma muy especial. Mientras escribo sobre actitud, me vienen las palabras que me dijo el pediatra que me trataba cuando únicamente contaba con 13 años. Siempre lo he recordado como alguien que marcó mi forma de entender la vida. Se puso a mi altura y me expresó lo siguiente: – Podrás alcanzar cualquier cosa que te propongas, pero necesitarás más esfuerzo que cualquier otro niño. Desde aquel momento he sido siempre consciente de que debía abordar las situaciones de una manera distinta, desde una actitud más creativa.
Todo lo conseguido hasta el momento ha sido desde una actitud abierta y constructiva, y siempre con el fin en mente. La persona que me dio esta gran lección fue quien me diagnosticó la dislexia y quien me explicó que el ser disléxico no era una enfermedad, sino una realidad con la que debería vivir.
La actitud que adoptemos ante las situaciones ya sea en el ámbito personal, familiar o laboral, hace que veamos oportunidades en lugar de problemas.
En los momentos de ofuscación mental ante una situación no deseada, ya sea en el ámbito personal, familiar o laboral, la actitud es fundamental para que los problemas se transformen en oportunidades. El tomar una actitud creativa, de calma, de reflexión nos llevará a salir de ese estado que nos bloquea y por tanto nos limita, y que no nos permite avanzar.
Aunque es objeto de otro post, esta actitud positiva se adquiere a través del autoconocimiento.
El coaching acompaña al cliente a que descubra qué es lo que le limita, qué miedos hacen que esta actitud negativa se dispare, y cómo gestionarlo, para transformarla en la actitud positiva que necesita.Muchas personas creen que con una buena formación, buenos conocimientos, dominar su materia, habilidades o una extendida experiencia en su sector laboral, es decir, si tienes aptitudes, es suficiente para conseguir éxito. Sin embargo, en el día a día me encuentro cada vez más personas que están insatisfechas en su ámbito personal, o familiar o laboral, equipos de trabajo con bajo rendimiento, empresarios con equipos de un gran bagaje profesional que no consiguen los objetivos.
Está claro que las aptitudes son de gran valor, pero si no están acompañadas de una buena actitud, el éxito es efímero. Está demostrado que una persona con buena actitud y con menos conocimientos, es capaz de conseguir mejores resultados en todos los ámbitos de su vida. Es una persona satisfecha con lo que ES y con lo que hace.
Hace un mes asistía a la presentación del libro de Fran Chuan, «Autenticidad: ¿Por qué los líderes facilitan la cultura de la innovación y otros la limitan?». Se habló de que hoy en día las personas son contratadas por las empresas y organizaciones por sus aptitudes (conocimientos y experiencias). Estas personas terminan siendo despedidas por sus actitudes. Nos enfrentamos a un gran reto en las organizaciones que es medir y trabajar las actitudes de las personas para conseguir una alianza con las aptitudes que previamente hemos construido.